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domingo, 25 de enero de 2015

MESCLAT (VALENCIA) - SABADO 24/01/15 CENA



¿¿Como están ustedes??

Ayer por la noche, previa reserva para las 23:00 -porque para antes no tenían debido al gran éxito de este local- me metí hacía el corazón del "Carmen". Barrio mítico y multicultural Valenciano. 

¿Quién no se ha puesto castaña alguna vez en el Carmen? ¿Tú? ¡No has tenido adolescencia!.

En esta incursión por la jungla, sabía bien quien era mi presa, de ahí que me la había reservado para tres acompañantes y este humilde degustador, Por el camino, muchas tentaciones, muchas otras posibles víctimas de mis incisivos, muchas presas desangeladas, pero en esta vida he aprendido que hay que ser fuerte, que hay que tener un objetivo claro, y en este caso el mio tenía un nombre MESCLAT

Pero no adelantemos acontecimientos y primero un poco de vaselina para que entre mejor. Todo comenzó por la tarde. Ya llevábamos varias horas por el centro de Valencia, de compras, dándole al plástico que daba gusto, púes tenemos una casa que hay que decorar y mucha ropa que comprar para abrigarnos de este frío que ha venido de golpe, Tras varias visitas a tiendas de ropa, muebles y demás, nos dirigimos a la zona friki de la capital del Turia para darme un capricho, con varios objetivos, y pasando por FNAC por favor, si algún responsable de Fnac me lee, prohibirme la entrada, Skazka tienda rusa y Rosebud. Tras las pertinentes compras y llevar a mi mujer cual mula de carga, perdoname, por favor, nos vamos andando hacia el que va a ser el protagonista de esta entrada.

Muy bien situado en esquina entre la Calle Doctor Beltrán Bigorra y la Calle Pinzón se sitúa un clásico del Carmen. El Mesclat. A mi me lo descubrió mi gran amigo y futuro padre de mellizos Héctor. Y desde ese día han sido innumerables las veces que he ido a comer y cenar pues siempre han estado a un nivel más que decente. Ya sea con amigos de mi edad o con familiares más mayores, a todos y prácticamente todos, les ha encantado. Es un sitio fijo para mi, en el cual se que, como anfitrión, no le fallaré a mi acompañante. Eso si, sitio de moda, sitio que es necesario reservar si vas a comer o cenar en fin de semana o vísperas, cosa que puedes hacer llamando al teléfono 96.306.58.52. Mesclat es muy famoso por hacerte un sin fin de tipos de hamburguesas a medida, con los ingredientes que quieras, varias clases de panes y todo ello sin perder un ápice de glamour. La hamburguesa es TOP. Pero todo no queda en una simple hamburguesería, y aunque la burger es el buque insignia de este bistró, va más allá, pudiendo degustar un Steak Tartar más que decente entre otros platos que no sueles encontrar en la carta de una hamburguesería común.


Una vez hechas las presentaciones y roto el hielo, es hora de ir al mejunje de mi visita de ayer. Llegamos al local a las 22:00h ya desesperados de tanta hambre y agotamiento de un día tan "duro" de compras. ¡Problema! ¡Objection! La reserva la teníamos para las 23:00 y aunque no es mal plan matarse a cervezas en la barra hasta que tu mesa quede libre, preferimos otra opción. Tras hablar con el encargado y no conseguir una mesa dentro porque era imposible, el local estaba lleno, nos ofreció una mesa fuera. Hacía frío, pero en la vida hay prioridades, y antepusimos el llenar el buche y morir de resfriado a morir de hambre. ¡Marchando mesa para cuatro en la calle!

A los pocos minutos de estar sentados, se nos acercó Mirko, un camarero muy moderno, de trato muy afable y profesional el cual nos informó de las bebidas que podíamos tomar. Uno de los grandes puntos a favor de este restaurante es que tienen una inmensa variedad de cervezas de gran calidad. Mirko, que es un artista. nos recomendó varias, pero como yo soy un tío chapao a la antigua y de tradiciones, no faltaré a mi cita con la Weihenstephaner, más conocida en mi entorno como la WeiStreetFighter hadouken! y caballo ganador cuando se te presentan dudas a la hora de elegir bebercio. Es una cerveza mas espesa de lo normal y con un sabor bien potente. Si esta cerveza fuera mujer sería una hembra que pasa de los 35 y de metro setenta y cinco de altura, con turgentes y bien marcadas curvas y una talla 40 de pantalón bien puesta, un mujerón que deja marca, una marca que traducida en cerveza es un sabor continúo y limpio durante toda la velada a lo largo de sus 50cl de viaje. De hecho, desde ayer, retiré el enjuague bucal de mi cuarto de baño para pasar a realizar esa función con una buena WeiStreetFighter. Mis acompañantes. se fiaron de mi y eligieron la misma cerveza salvo, el peque, que de momento es de CocaCola.


En segundos y sin haber podido terminar de comentar esto. ya apareció un camarero con las bebidas que habíamos solicitado y cual fue nuestra sorpresa que trajo de acompañamiento unas interesantes cortezas de ¿pan? con un tomatito rayado natural que voló literalmente, pues había hambre y no era una tapa muy generosa, pero a los detalles que no esperas no se les puede sacar peros, lo importante es el detalle. Con esta visita del camarero, nos trajo la carta y aquí vino otra sorpresa mas. Había cambiado ligeramente de conforme la recordaba, y no, no era el formato lo que había sido modificado, sino parte de lo que se ofrecía. Recordaba la antigua carta con un sin fin de cantidad de carnes, entre ellas, la famosa Wagyu, la cual aunque nunca he pedido siempre mostraba a mis acompañantes sacando pecho palomo orgulloso y diciéndoles que una carne de 17 euros debería ser una delicia. Faltaban algunos entrantes que sí eché de menos, como las patatas gajo pero, tras hablar con el encargado que se acercó a preguntar que tal estábamos, nos aclaró que en poco tiempo volverían a una carta muy similar a la antigua. Como no me cansaré de decir a lo largo de toda esta entrada, la atención al cliente del Mesclat roza siempre la excelencia, no escatiman tiempo en darte el mejor trato, explicarte el contenido y forma de preparación tanto de los platos como de la materia prima, con total transparencia y cercanía, cosa ésta siempre de agradecer, y ésto lo sabe muy bien el personal de este local y su dueño, pues la práctica totalidad de su plantilla tienen estos rasgos tatuados en su tratar, en su ADN, desechando papeles de actoreo momentáneos y mostrándose como son, muy serviles a los que de verdad les mantienen ahí, su FIEL clientela. De entre ellos, Mirko es el número 1, sus sugerencias son perfectas, parece que se meta en tu mente y te cree la necesidad de pedir lo que él te ha instado y siempre acierta.

Mientras nos estudiamos la carta, pude observar que el local mantiene la misma decoración que recordaba. Los tonos ocres y su estilo minimalista ya los querría yo para mi casa, ya que crean un entorno agradable donde poder cenar muy agusto, como en casa, y esto se consigue preocupándose por uno de los puntos fundamentales que debe tener un sitio para cenar. Todo está muy limpio y suficientemente iluminado para crear un entorno apacible. Correctamente insonorizado y con las mesas separadas a una distancia prudente, puedes mantener una conversación relajada con tus acompañantes sin necesidad de alzar la voz. A esto ayuda que el perfil de persona que suele visitar Mesclat se podría definir como parejas de amigos de unos 25 a 40 años con una necesidad de probar algo diferente y que sabe comportarse en un sitio de estas características.


Una vez claros nuestros deseos, frotamos la lámpara y decidimos degustar como entrantes unos nachos con guacamole y queso, unos daditos de queso frito con mermelada casera y foie micuit. Como plato principal de esta cena yo escojo una hamburguesa Black Angus, acompañada de foie, queso scamorza y cebolla caramelizada, todo ello abrazado por dos rebanadas de pan blanco. Las hamburguesas de mis acompañantes, prefiero que os las destripen ellos.

Llegan los entrantes al poco y con ellos la felicidad. Los primeros en aterrizar son los nachos, un bol justo en cantidad con unos nachos algo salados pero tremendamente adictivos que infligen su sabor en unas papilas gustativas bien entrenadas como las mías y no vienen solos. A estos malos, malotes les acompañan sus primos de Zumosol (Copyright), el primero es conocido como guacamole, de tremenda pegada y textura traviesa; y el segundo es bicho malo, las malas lenguas dicen que se llama Salsa de Queso y se llevó algo mio consigo, y nada más que me dejó su recuerdo, espeso y complaciente, perfecto en la ejecución pero frío en el sentimiento y en la temperatura de cocción. A destacar, que las salsas venían separadas de los nachos y a su vez separadas entre sí. Cosa de agradecer no encontrarte las salsas remezcladas con los nachos, hay que respetar los gustos de cada uno ya que para mezclas ya está la Gaseosa.


Nada más terminar la deglución de la comida a través del esófago, aparece el simpático camarero con los siguientes entrantes, los daditos de queso frito con mermelada casera. Alertar a los lectores, que debió haber habido un error en la carta, ya que no eran daditos, eran ladrillos, y no por su textura o dureza sino por su tamaño. Muy grandes y a la altura de esta característica estaba su sabor. Unos dados perfectamente cocinados que se derriten en tu boca (y no en tu mano, como los M&M's) y que te producen placer continuo durante unos 10 segundos que se alargan no solo en el momento de masticarlos sino en diferentes flashbacks a lo largo de toda la cena. Un sabor que se te queda marcado en el cerebelo, el cual manda señales recordandote tan gran gesta ingerida durante un gran rato. A estos virtuosos alteradores del Sistema Nervioso Central les guardan las espaldas en forma de plato adherido una gran cantidad de finos trozos de tiras crujientes de pan de pizza como recién sacadas del horno del pueblo más perdido de todos los Alpes italianos. Con un sabor limpio, sano y casero auspiciado por tiras de romero fresco. En resumen, PRIAPISMO.


Después de haberme recuperado de esta experiencia religiosa, nos traen el foie micuit. El actor principal de esta degustación portaba una gorra hecha de rodajas de manzana Golden y estaba junto a un derrape de puré de manzana asada con canela y unas tostas biscuits de Consum. Buena presentación, curiosa. El foie, es de lejos, el que peor sabor de boca me ha dejado. Tenía muchas esperanzas puestas en él y me ha enfriado como un témpano, casi como la temperatura a la que estaba, muy similar a la salsa de queso de los nachos. Esperaba una textura más esponjosa, mas derretida y no tan dura.


Pasado ésto, le doy un traguito a la WeyStreetFighter y de paso limpio mi boca y dejo un sabor neutro para esperar a la siguiente víctima. Y no se hizo esperar, llegó la hamburguesa. La presentación de la hamburguesa no es muy buena, pero lo importante es el sabor ¿no? El plato está un poco vacío y no ordenado, me da la sensación de ración de acuartelamiento en el que ves varios trozos de cosas separadas sin sentido y sin casar. Aún estando vacío, el hambre y las expectativas me hacen tener ganas de vaciarlo aún más. Con las hamburguesas, nos traen tres salsas, barbacoa, mostaza al curry y tártara en un triplato. Nada más montar mi hamburguesa habiéndole añadido un poco de salsa barbacoa me dirijo a pegarle el primer mordisco y es cuando me percato que respetan religiosamente el punto de cocción de la hamburguesa que les habías solicitado ¡esto es muy importante! La hamburguesa estaba buena, si bien es cierto que no notaba la diferencia de sabor de los ingredientes, y esto, bajo mi humilde opinión, no es bueno. Cuando muerdes un compendio de ingredientes, se debe notar el sabor diferenciado de éstos, liderando este sabor el producto más potente o el que en más cantidad esté presente en ese bocado. Esto nunca me había pasado en Mesclat, era un sabor a encefalograma plano, siempre lo mismo en cada uno de los cuatro bocados que necesité para terminarme el Final Boss de esta cena. Un final agridulce, y no solo literalmente, pero que abre la puerta a una segunda parte. A volver muy pronto.






Pero no quiero despedir esta entrada así, pues parece un final triste a una historia bonita. Una historia en la que destaca mucho la atención al cliente. Es maravillosa. Tienen mucha gente atendiendo y toda ella siempre con la sonrisa en la boca, algo muy difícil de encontrar hoy en día y que se rigen en todo momento por una frase que me enseñó la persona que más quiero en mi vida, MI PADRE, y que es una verdad como un templo, "mata más una gota de miel que mil de vinagre". Volvería y volveré solo por este punto, el cual es fundamental, un pilar principal en cualquier casa. A eso le añado una gran variedad de platos para picar, todos ellos en general de un nivel muy alto que abren la veda para cazar un plato principal con encanto, delegado en el comensal para su preparación y que deja huella y encamina al cliente a pedir postre. En nuestro caso fueron una tarta de queso casera acompañada de frutos del bosque y un vasito de tiramisú, que nos regalaron ¿qué os decía antes de la atención al cliente?, los cuales cerraron nuestra cuenta. Y ahora que la nombro, la cuenta fue de 82,50 euros, precio justo quizás tirando a un poco alto que se traduce en 20,62 euros por persona. No es desde luego desproporcionado para todo lo que comimos y bebimos y está en el margen normal de lo que es salir a cenar por el centro de Valencia. La cuenta la pagué gustosamente, pues disfruté a lo largo de los 90 minutos que duró la cena. Tiempo que se alargó no por culpa de los trabajadores, sino signo de lo cómodos y agusto que estábamos en el local.

Tampoco me quiero despedir sin mencionar el tema de los baños. Este tema entiendo que es delicado, pero no menos importante en un local en el que realizas una de las funciones principales de los seres vivos, comer. El baño estaba muy limpio, comería en él sin dudarlo siempre que tuviera buena compañía, el único problema es que no cabríamos ya que es bastante pequeño.

PD. Aún me dura la birra, no me la he terminado... con ella al fin del mundo.

RESUMEN
Limpieza - 6
Aparcamiento - 4
Sabor - 6
Presentación - 6
Atención al Cliente - 7
Cantidad - 6
Calidad/Precio - 6
Decoración - 7
Ambiente - 6

NOTA - 6
Mesclat siempre cubre mis necesidades más básicas. Volveré.

Pedir perdón desde aquí, el sótano de mi casa, que valiente soy a Mesclat por la poca calidad de las fotos. Fueron las cosas del directo, de una tarde de locura y compras, de un "llévame estas bolsas rubia", de un "joder que frío hace y qué hambre tengo, vámonos al Mesclat ya", de un "me he dejado la cámara reflex y ya estoy sentado en el restaurante y tengo cero zapatero ganas de volver". Como he dicho antes, prometo volver y el local se lo merece, no por mi, sino porque me apetece.

3 comentarios:

  1. Yo con el mesclat no puedo ser objetiva... me encanta! desde la primera vez que me llevaste y nos sentamos en la mesa con pared de césped artificial, supe que repetiría. Siempre me he pedido algo distinto y nunca me ha defraudado. La atención es perfecta, se nota que les apasiona y saben transmitirlos. y en cuanto a la entrada... siempre te superas, me creas la necesidad de volver de inmediato!!

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  2. Bueno vamos a ver... Efectivamente el trato fue exquisito, tanto por parte del gerente como por los camareros. Un 10 en ese sentido porque te hacen sentir muy a gusto tanto cuando te recomiendan acerca de su gastronomía, como cuando el gerente charla contigo del negocio, de la importancia de los clientes y de la vida, en general.
    Peeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeero en esta ocasión yo pedí (era la afortunada segunda vez que iba al Mesclat) el pan de hamburguesa normal, típico, clásico.......... vamos tan típico que me horrorizó ver el pan Bimbo/Hacendado/Consum de turno en mi excelente hamburguesa. Fatal en este sentido.
    La hamburguesa estaba riquísima, con su bacon, queso cheddar, foie y pimientos, peeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeero: pedí orgulloso una hamburguesa de potro de Ávila y, sinceramente, me pareció más bien empotrada, porque no noté absolutamente nada diferente a una buena hamburguesa del Tomy Mel's, incluso Fosters (muy triste, pero es así...)
    Y como ha dicho el carnívoro principal, hubiera estado genial no espera al bocado 3 ó 4 para conocer todos los sabores que estaban casi sólo por el centro de la hamburguesa... en fin
    Destaco también lo del aseo: o eres contorsionista, o un transformer porque el aseo no es para 1 persona, es casi para 1/2 persona.
    Por mi parte y aunque los entrantes estaban deliciosos, me pareció caro para una hamburguesa tan "excepcional"

    Le doy un 5,5/10

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