La merienda. La hora de la alegría, la hora de la felicidad y es que, según un estudio de la Universidad de Wisconchin, la franja horaria más feliz del día es la tarde. ¿Quien no recuerda esas tardes en las que salías del colegio, llegabas a casa y tu madre/padre te preparaba un bocadillo? Muchos eran mis favoritos, Nocilla, queso, sobrasada, mantequilla de tres sabores, chocolate de "La Campana" -El Gorriaga- o de lingotes de Lingotin... y así un eterno sin fin de productos que hacían que cogiéramos energías para salir a jugar al fútbol en el polideportivo, a cambiarnos cromos, a jugar a las canicas o a echarnos horas y horas jugando a la Nintendo NES -mas bien la NASA- y sus cientos de juegos en memoria.
Coincido totalmente con el resultado del citado estudio y es por ello que para la merienda no me la juego esto me suena que lo decian en un anuncio ¿no?, y selecciono bien el sitio donde quiero llenar el buche. En este caso, lo tuve claro y es que viniéndome de camino a casa como me venía el Tommy Mel's de Heron City, no tenía escusa para no parar y apretarme unos batidos y una tarta.
Tommy Mel's es un restaurante que está distribuido en diferentes localizaciones en mi ciudad, Valencia, pero el que nos atañe hoy es el sito en el Centro Comercial Heron City, vamos... "er Kinepolis pa' los colegas". Tommy Mel's fue una idea que nació y se constituyó en 2009, a día de hoy son 37 restaurantes a lo largo de la península ibérica y se especializa en dar un servicio de restaurante típico americano de los años 60 al estilo prime (praaaaaaaaaaaaim, se me llena la boca con esta palabra), es decir, zonas de bien, de toda la vida. Tiene una selección de muy buenos entrantes y deliciosas hamburguesas, pero todo esto ya lo analizaré otro día. Hoy toca merienda.
Y así fue. Eran las 18:00 de una tarde en la que no me habían ido muy bien las cosas y necesitaba chocolate, ¡CHO-CO-LA-TE! como diría el bueno de Sloth. Entré con mi acompañante y mientras esperaba pude observar como el local resplandecía literalmente. Esos neones, esas luces blancas y potentes, esos uniformes apretados de colores reflectantes y ese entorno moderno-vintage embriagaban el ambiente, hasta tal punto que en cualquier momento podía entrar Marty McFly de Regreso al Futuro II con su monopatín volador.
Nos atienden y tras esperar un poquito, nos sientan en un lateral del restaurante desde el cual me pongo a estudiarme el garito. Cual es mi sorpresa, que a mi espalda se encontraba una barra donde podía haber hecho mas corta mi espera metiéndome cualquier refrigerio, para la siguiente vez ya se... Recibimos la carta de batidos y tartas y... me la pediría TODA. Muy bien seleccionados todos los sabores además de contar con las mejores marcas, como Ferrero, Kinder, Mars... La carta está bien distribuida, muy espaciada y es fácil empaparte de todo lo que ofrecen, lo difícil es elegir entre tanta opción. Os dejo la imagen de la carta en grande para que os impregnéis bien de ella y nada más terminar de leer esta entrada os vayáis directos a por un batido...
Una vez decididos los batidos, de Kinder y Cookie, respectivamente, y tarta Oreo para compartir, me pongo a hacer la prueba del algodón. Todo está limpito y bien ordenado, el espacio es algo justo entre mesas, pero eso es algo normal en un sitio que está tan de moda y es low cost, hay que atender al mayor número posible de clientes. De ruido va justita la cosa, aunque está bien insonorizado, es difícil controlar y mantener a raya tanta gente, pero vamos, que se puede soportar. El personal va correctamente uniformado y, salvo algún vestido femenino que por motivos de peso y mala elección de talla parece que va a estallar un botón, es muy servicial.
¡Que vienen, que vienen! A lo lejos veo una orgullosa camarera portando una bandeja con nuestra comanda. Con el hambre que tengo y la elección que hemos hecho, sufro una visión, cual oasis en el desierto, y suena dentro de mi cabeza The Final Countdown esto también era de otro anuncio mientras un ángel de Victoria's Secret desfila portando en su mano derecha un tesoro gastronómico que viene directo a mi. Babeo cual perro de Paulov mientras nos sirve la merienda. Ese ángel se ha convertido en mi madre hace 20 años dándome la recompensa a una dura tarde de Plástica y Matemáticas y haciéndome mas cómoda la existencia. Bien, ya tenemos los dos batidos y la tarta de Oreo. Es el momento de atacar.
La tarta roza la perfección en textura y presentación y el único pero que le puedo poner es que le falta un poco de intensidad de sabor. A pesar de ser un trozo generoso me supo a poco, eso es buena señal aunque mejor, dado el precio y siendo acorde a éste, incrementar un poco el tamaño de tal tremendo manjar. Aún así, recomendada para todo el mundo y eso que no soy muy fan de Oreo. La volveré a pedir.
Mi batido me ha parecido bueno en la primera degustación que he hecho. Tras esto, mi acompañante me ha instado a que probara el suyo y, a pesar que soy un chico dificil, lo he probado y aquí es donde me he dado cuenta del punto negativo, pues tanto su batido como el mío sabían casi igual. Podríamos pensar que el sabor de mi batido ha eclipsado al de mi acompañante pero ella ha hecho la prueba al revés y le ha pasado lo mismo. Si bien es cierto, que están los dos muy buenos, soy muy fan de que cada alimento tenga su alma, se diferencie, y te deje su propia marca clavada entre el paladar y el bulbo raquideo. Que vayas por la calle y te venga un sabor a la mente o a través de tus sentidos y de repente aparezca ese batido, creando en ti unas ganas locas de terminar con todo lo que estás haciendo y dirigirte a ese lugar a pedir la droga que necesitas, en este caso ese producto. Y eso no me ha pasado aqui, si que es verdad que pienso en batido y me viene a la cabeza Tommy Meals pero para mi sería perfecto pensar en batido y decir "un X de Tommy Meals". Seguiremos probando toda la carta en próximas visitas para ver si encuentro mi media naranja. Seguro que si. Mientras tanto, sigo succionando a través de la pajita y cada ml que absorvo me confirma que se ha puesto mucho corazón en crear tal elemento. Esos grumitos de trozos de Kinder le confieren al batido una presencia señorial. Tal presencia se convierte en un "tu y yo". Un corpulento marine francés de intensos ojos azul turquesa con su camiseta blanca con rallas azul marino y cierto bello que sobresale por el cuello de dicha camiseta que te reta a un pulso y que mientras sujeta firmemente tu mano en la mesa te mira fijamente a los ojos intentando amedrentarte. "Sé fuerte" me dije, el batido es duro, ha ganado muchas batallas pero dicho gabacho va a caer en esta, sigue a lo tuyo, fija la mirada en un punto y succiona con fuerza... y es cuando oyes ese ruido placentero a la vez que doloroso, que genera el fin de un batido. Esa succión de aire y restos que te dicen que si quieres continuar tienes que echar otra moneda más. En resumen, y después de tanta palabrería, es un batido muy bueno, intenso y con cuerpo y densidad correcta, para repetir, el cual recomiendo desde aquí aunque no sea para mi el amor de mi vida, por lo que seguiré buscando en esa carta infinita de Tommy Mel's.
Llega la cuenta, y era lo esperado, un buen precio para una buena merienda que no llega a los 15 euros y que se queda en 14,45 euros para los curiosos de las cifras exactas. Por algo similar, en muchos otros locales te cobran casi el doble. Ya si sirven las tartas más grandes, sería la leche.
Para finalizar, me ha llamado la atención a través de las redes sociales que ciertos restaurantes solo retwittean los mensajes de halago total. Esos mensajes cargados de empalaguismo y de sabor a rancio tales como la cutrería del "muero de amor" muy de moda actualmente entre las personas más rancias de esta sociedad, que creo que no ayudan en nada. No hay nada perfecto, ni este blog, y no hay nada malo en dar una opinión libre de cosas que subjetivamente se puedan mejorar y ayuden a ese local, pero bien, a mucha gente no le gusta escuchar esto de su local, de ahí que no se hagan eco de estas sombras. En mi caso, lo he sufrido en carnes con The Fitzgerald y Mesclat, pero tranquilos, volveré a examinaros. Me despido hasta la próxima sin olvidarme de mandarles un saludo, si me están leyendo, a Aroha, David Sevillano Gitano, la buena de Dakota y el artista de Chipi, sus quiero.
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